No existen recetas mágicas para invocar el sueño (ni en adultos ni en niños 😅) pero sí existen algunos trucos para ayudar a que el momento de descanso llegue más rápido.
La clave está en desarrollar buenos hábitos de sueño. Esto puede ir variando según la edad y según la personalidad de cada uno.
Crear una rutina es fundamental para que, paulatinamente, los bebés y niños pequeños vayan comprendiendo cuándo se acerca el momento de irse a dormir.
Algunos elementos para incorporar pueden ser:
- Un baño relajante.
- Un momento de lectura.
- Música suave.
Lo importante es realizar todos los rituales previos al momento de acostarse de manera tranquila para no sobre estimularlos.
Cómo hacer con los niños más grandes
Mantener una rutina de sueño también es importante. Al ser mayores, se pueden agregar hábitos más complejos e incluso elegidos por ellos mismos.
- Es conveniente ser constantes con los horarios (siempre que se pueda). Lo bueno es que durante el período escolar, esto es más fácil de establecer.
- Ante todo, la comodidad. Podemos preguntarles si tienen suficiente abrigo, si fueron al baño antes de acostarse, si quieren tener un velador prendido, dejar la puerta entreabierta o si les gustaría dormir con algún peluche en especial. Esto disminuye las posibilidades de que se levanten en el medio de la noche.
- Intentar evitar o reducir lo más posible el uso de pantallas (tablets, televisor, celulares) al menos 1 hora antes de ir a dormir.
- Procurar que la cama sea solamente para descansar. No para jugar, comer o hacer la tarea.
Poné a prueba estos tips para que las noches en familia sean mucho más placenteras y no te olvides de que puede llevar tiempo acostumbrarse a una rutina pero que con paciencia y constancia, van a poder resolverlo.
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